LA MALDITA MANZANA DELICIOSA - Hermano Pablo





LA MALDITA MANZANA DELICIOSA

por Hermano Pablo


Era una simple manzana, una manzana roja, dulce, de piel aterciopelada, como todas las deliciosas manzanas que se producen en la provincia de Río Negro. Así que la pequeña Yesica Isabel Vilte, de Salta, Argentina, se la comió. Sus pequeños y filosos dientes se hincaron en la sabrosa pulpa... pero sólo para morir envenenada. Alguien —¡vaya a saber quién!— había inyectado en la fruta un poderoso veneno.
¿Quién iba a pensar que estaba saturada de veneno? Otros niños, incluso sus dos hermanitos, comieron manzanas del mismo canasto. Esas no estaban envenenadas. Alguien envenenó, adrede, esa singular manzana.
¿Qué enfermedad mental podría tener quien actuó de ese modo? ¿Qué resentimiento u odio le tendrá a la vida? ¿De dónde salen ideas tan destructivas? ¿Qué le está pasando a la raza humana?
¿Habrá alguna comparación entre esta fruta envenenada y aquella otra de la cual habla la Biblia? Nuestros primeros padres comieron una fruta que la tradición dice haber sido manzana. Como quiera, era una fruta agradable a la vista. Tenía incitante color y forma. Invitaba a probarla. Además de dulzor, prometía sabiduría y, más aún, aseguraba ser como Dios, que distingue entre el bien y el mal. Pero esa simple fruta —ya fuera manzana, pera o durazno—, la que la Biblia califica de fruta «del conocimiento del bien y del mal», produjo la muerte espiritual de la primera pareja y desencadenó todos los males que hay ahora en la tierra.

Puede leerlo completamente, verlo de nuevo como si fuera por TV, escucharlo como si fuera por radio, incluso imprimir este mensaje y muchísimos otros más desde marzo del 2004 hasta hoy, en: www.conciencia.net

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